El fenómeno sobre el cine de terror argentino que algunos observan alrededor de la película “Cuando acecha la maldad”, de Demián Rugna, no es nuevo.
En una entrevista a Ezio Massa (realizada en 2019), el guionista le dijo a este columnista que hasta hace poco, “estábamos muy ninguneados en el país y comenzamos a interesar en Estados Unidos, a través de Guillermo del Toro, por ejemplo, y de otros productores”. “Aquí se aceptaban películas de denuncia o con una línea minimalista. No se veía bien mucha acción; estábamos un poco vapuleados”, dijo el también director cuando estuvo de paso por Tucumán para visitar a parte de su familia.
Massa (autor de “Alter ego”), quien vive en Nueva York, pertenece a la generación de realizadores que se formó en la Escuela de Cine de Avellaneda, algunos de cuyos directores, como Daniel de la Vega (“Punto muerto”) y Andrés Muschietti (“It”), han llevado el terror nacional a Estados Unidos.
En particular, Del Toro compró los derechos para hacer una remake de “Aterrados” (de Rugna) y ayudó al mismísimo director argentino Muscietti: hizo “Mamá” (producida por Del Toro); las dos “It” y ahora “Flash”. El éxito de “It” fue impactante, convirtiéndose en una de las películas de terror más taquilleras de todos los tiempos.
Pero estos tres párrafos corresponden para tener en cuenta un contexto, más allá de los números. “Cuando acecha la maldad” se conoció en Estados Unidos, se estrenó en más de 660 salas y en la Argentina en 800 espacios (se exhibe en Tucumán), con una recaudación muy arriba de la expectativa. El filme de Rugna vendió vendió 110.000 entradas en sus primeros 11 días en cartel y se convirtió así en la película récord del cine argentino, por encima de “No dormirás”.
A principios de octubre, “Cuando acecha la maldad” se transformó en la primera película latinoamericana en ganar el Festival de Sitges, uno de los más importantes del cine de este género en el mundo. Como todos los premios importantes, abren puertas a otros mercados, en este caso a varios países de Europa y a Estados Unidos.
En la película un hombre es encarnado por un demonio en la ruralidad de un pueblo perdido, lejos de las grandes ciudades. Dos hermanos encuentran a este hombre a punto de dar a luz al mal y advierten a los vecinos del pueblo sobre el horror que está por estallar. Deciden deshacerse de él, pero lo único que logran es acelerar el proceso.
Sorpresa
“Ya tengo el guión en la cabeza de la segunda película, y ojalá la pueda hacer yo. Entiendo que necesitás el efectivismo obvio, pero el espectador no debe saber lo que tiene que pasar”, contó el director en una entrevista con Javi Ponzo, en la que admitió que tiene propuestas para trabajar en Hollywood.
“Me sorprendió que en EEUU haya llenado las salas siendo que todo está tan formateado con un producto muy establecido que responde a un canon, y esto es más fresco y genuino”, explicó. Rugna. “Llevo 20 años trabajando y tengo cinco películas realizadas. Para hacer este filme me fui fuera de la ciudad; en la Argentina tenemos campos fumigados y familias que están mal y viven su historia de terror”, describió. Todo se desarrolla en un campo de soja en el interior de Buenos Aires. “Es una película que está controlada por mí en todo sentido”, agregó.
Una semana antes que llegue a las salas, los jóvenes tucumanos ya anticipaban su éxito en las redes sociales. “La película sí está funcionando y es una verdadera sorpresa realmente, y para bien por supuesto -dijo Roberto Abdenur, responsable de las salas Atlas-. Es cine argentino y no tiene un elenco o una producción de renombre como podría ser una película de Guillermo Francella o Ricardo Darín por ejemplo. Incluso la distribución está a cargo de una compañía independiente”.